En unos días hablaremos de la opinión que tenía Charles Bukowski con respecto a la idea que sostenían Walt Whitman y William Faulkner acerca de la relación entre audiencia y poesía (leer La crítica según William Faulkner). Su posición viene recogida en los ensayos inéditos (1944-1990) que Anagrama publicó con el título Fragmentos de un cuaderno manchado de vino. Aunque Bukowski ya no suele aparecer en mis lecturas (léase Tolstoi y Bukowski en la batidora), estos escritos llamaron mi atención hace un tiempo porque mostraban un perfil distinto al que estamos acostumbrados.
Una invitación a su lectura:
¿Hace el dolor a un escritor?
El dolor no hace nada, ni tampoco la pobreza. El artista primero. Lo que ocurra con él depende de su suerte. Si tiene buena suerte (en el sentido material) llega a ser un mal artista. Si tiene mala suerte, llega a serlo bueno.
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